Hola amigas, antes que nada, quería agradecer a todas las que diariamente visitaís el blog de la Asociación.
Hace bastante que no escribo nada y no quería ni mucho menos dejar abandonado este espacio. Sobre todo porque tenía muchas ganas de hablar sobre la manifestación que tuvo lugar el 16 de abril, para protestar por los bajos precios de la leche y a la que asistí, junto a mas miembros de nuestra asociación
Esta semana ha sido muy ajetreada. Las vacas y yeguas, como casi todos los animales al llegar la primavera, la sangre se les altera y están pariendo todas. Aunque la mayoría paren bien, siempre hay que estar pendiente de ellas por si acaso hay que ayudar a alguna. También es tiempo de salir a pacer los “praos” y a alguna vaca le gusta más el del vecino que el suyo, aunque el suyo tenga más verde, por lo que tengo que cerrarlos bien antes de que se salten.
Como os contaba, el jueves, 16 de abril estuve en Madrid en una manifestación convocada por las Organizaciones Agrarias COAG, ASAJA y UPA. De Cantabria fuimos unas 500 personas y casi 15.000 ganaderos de toda España. Ganaderos de leche sobre todo, aunque como yo, también había de carne para apoyar a los de leche y porque, en definitiva, todos somos ganaderos, independientemente de lo que estemos produciendo. Lo que está claro es que tenemos que estar unidos, apoyarnos los unos a los otros, porque cada vez somos menos y la gente tiene que comer. Los pequeños productores somos los que podemos garantizar una calidad y una tranquilidad en los productos que hacemos.
El ambiente en la manifestación fue increíble. Nada más salir del autobús ya se respiraba el ambiente reivindicativo. La gente portaba los carteles de sus respectivas organizaciones y pancartas con lemas. Algunos iban disfrazados, tocando silbatos y con megáfonos. Lo que más me impresionó y emocionó fue la comunicación entre nosotros. No importaba si nos conociéramos o no. Hablamos con todo el mundo, con ganaderos de toda España y con los ciudadanos de Madrid, contándoles nuestro problema. Lo que nos había llevado allí, a pesar de tener tanto trabajo en casa. Al regresar al autobús, si te encontrabas con algún manifestante le decías adiós y hasta la próxima.
El problema de la leche se esta agravando día a día, con una caída del precio para el ganadero, lo cuál no se refleja en el precio que paga el consumidor. A esto se suma el precio de los piensos, que al agricultor le pagan la materia prima a cuatro duros, pero a nosotros nos llega un precio que duplica como mínimo el precio en origen.
El precio de la carne también es irrisorio. A nosotros nos pagan a 3,30 euros el kilo de los menores de 1 año, es decir, lo que compramos en la carnicería como ternera, donde cualquiera de las partes del animal cuesta casi el doble como mínimo de lo que nos pagan, y otras partes valen 10 veces más, como el solomillo.
Nosotros, ganaderos que somos, los que criamos las vacas madres, esperamos 9 meses hasta que nace el ternero. Los criamos durante otros 9 meses hasta poder sacrificarlos, para que nos lo paguen como quieren, a precios que los estaban pagando hace 25 años. Sin embargo, los intermediarios, sin hacer nada, en una semana ganan el doble o es triple que nosotros.
Este es un resumen de la situación que estamos viviendo, que es todavía más complicada, pero ahí seguiremos, al pie del cañón y no nos van a echar tan fácilmente. Haremos lo que tengamos que hacer, pero no nos van a robar el trabajo de toda una vida y el legado de nuestros antepasados.
Hace bastante que no escribo nada y no quería ni mucho menos dejar abandonado este espacio. Sobre todo porque tenía muchas ganas de hablar sobre la manifestación que tuvo lugar el 16 de abril, para protestar por los bajos precios de la leche y a la que asistí, junto a mas miembros de nuestra asociación
Esta semana ha sido muy ajetreada. Las vacas y yeguas, como casi todos los animales al llegar la primavera, la sangre se les altera y están pariendo todas. Aunque la mayoría paren bien, siempre hay que estar pendiente de ellas por si acaso hay que ayudar a alguna. También es tiempo de salir a pacer los “praos” y a alguna vaca le gusta más el del vecino que el suyo, aunque el suyo tenga más verde, por lo que tengo que cerrarlos bien antes de que se salten.
Como os contaba, el jueves, 16 de abril estuve en Madrid en una manifestación convocada por las Organizaciones Agrarias COAG, ASAJA y UPA. De Cantabria fuimos unas 500 personas y casi 15.000 ganaderos de toda España. Ganaderos de leche sobre todo, aunque como yo, también había de carne para apoyar a los de leche y porque, en definitiva, todos somos ganaderos, independientemente de lo que estemos produciendo. Lo que está claro es que tenemos que estar unidos, apoyarnos los unos a los otros, porque cada vez somos menos y la gente tiene que comer. Los pequeños productores somos los que podemos garantizar una calidad y una tranquilidad en los productos que hacemos.
El ambiente en la manifestación fue increíble. Nada más salir del autobús ya se respiraba el ambiente reivindicativo. La gente portaba los carteles de sus respectivas organizaciones y pancartas con lemas. Algunos iban disfrazados, tocando silbatos y con megáfonos. Lo que más me impresionó y emocionó fue la comunicación entre nosotros. No importaba si nos conociéramos o no. Hablamos con todo el mundo, con ganaderos de toda España y con los ciudadanos de Madrid, contándoles nuestro problema. Lo que nos había llevado allí, a pesar de tener tanto trabajo en casa. Al regresar al autobús, si te encontrabas con algún manifestante le decías adiós y hasta la próxima.
El problema de la leche se esta agravando día a día, con una caída del precio para el ganadero, lo cuál no se refleja en el precio que paga el consumidor. A esto se suma el precio de los piensos, que al agricultor le pagan la materia prima a cuatro duros, pero a nosotros nos llega un precio que duplica como mínimo el precio en origen.
El precio de la carne también es irrisorio. A nosotros nos pagan a 3,30 euros el kilo de los menores de 1 año, es decir, lo que compramos en la carnicería como ternera, donde cualquiera de las partes del animal cuesta casi el doble como mínimo de lo que nos pagan, y otras partes valen 10 veces más, como el solomillo.
Nosotros, ganaderos que somos, los que criamos las vacas madres, esperamos 9 meses hasta que nace el ternero. Los criamos durante otros 9 meses hasta poder sacrificarlos, para que nos lo paguen como quieren, a precios que los estaban pagando hace 25 años. Sin embargo, los intermediarios, sin hacer nada, en una semana ganan el doble o es triple que nosotros.
Este es un resumen de la situación que estamos viviendo, que es todavía más complicada, pero ahí seguiremos, al pie del cañón y no nos van a echar tan fácilmente. Haremos lo que tengamos que hacer, pero no nos van a robar el trabajo de toda una vida y el legado de nuestros antepasados.
